La polémica desatada tras la decisión del ICRT y los tuits del comentarista deportivo, provocó decenas de respuestas airadas de los aficionados cubanos al fútbol, que sienten que forman parte de un número significativo de espectadores a los que las autoridades han dejado marginados en un presunto afán de promover el deporte nacional y ocultar los problemas financieros por los que atraviesa el ente público.